7.3. Reglas

Reglas de construcción del estadígrafo

Principio 1: Ejes cartesianos
El ojo sigue un recorrido rectilíneo y la mejor forma para separar dos recorridos del ojo se hace utlizando un ángulo recto.

Este principio pone de inmediato en entredicho los gráficos circulares (tortas) que se utilizan frecuentemente para representar proporciones. Los gráficos más claros son siempre los que recurren a coordenadas cartesianas, es decir a ejes perpendiculares.
El eje vertical (y) se reserva preferentemente a las variaciones cuantitativas (resultados obtenidos), mientras el eje horizontal (x) se reserva para los valores de la variable.
Se podrán conservar eventualmente las "tortas" cuando el significado más importante que se desee presentar visualmente es la correlación de las proporciones. (La gran importancia dada al "Papa" en el ejemplo que sigue puede ser una justificación).


En el caso de histogramas muy simples, se podrá utilizar una representación tridimensional. Sin embargo, cuando se trata de comparar variables NO es conveniente recurrir a la opción tridimensional por dos razones:
  • La perspectiva hace más difícil la comparación.
  • Los valores más altos tienden a tapar los valores más bajos y puede resultar muy difícil lograr que todos sean a la vez igualmente visibles y comparables.
Como lo puede ver a continuación, un estadígrafo bidimensional es mucho más claro en este caso.


Principio 2: Orden

Todo conjunto de datos cuantitativos puede y debe ser ordenado. Si la variable es ordenada por naturaleza, se respeta el orden natural, pero si sus valores son ordenables, se reordenan de acuerdo a los resultados.

Si la variable es ordinal o aritmética, es probable que no podamos cambiar el orden "natural" de sus alternativas (por ejemplo una escala de edades o en una secuencia histórica), ya que un cambio de orden perjudicaría la percepción e interpretación de los resultados.

Pero si la variable es nominal (como una clasificación temática), lo que ha de definir el orden de presentación es la variación cuantitativa, en cuyo caso la "Teoría de la Forma" indica que se debe preferir un orden de mayor a menor en el sentido de lectura (de izquierda a derecha), como en el siguiente ejemplo.

Consecuentemente, también, la naturaleza de la variable determina la forma del gráfico: si la variable es contínua, la representaremos mediante una curva (o línea quebrada); si es discreta (escala de intervalos o valores nominales), usaremos barras (histograma).

Principio 3: Homogeneidad

Es preferible separar gráficos pequeños antes que realizar un sólo gráfico de conjunto con variables (o alternativas de variables) entremezcladas.

Esto puede resultar complejo si hemos de comparar, por ejemplo, las variaciones de una misma variable aplicada a varios medios de prensa, en un análisis de forma o contenido. En virtud del principio de homogeneidad, debemos hacer un gráfico para cada medio. Pero, aunque mantengamos el mismo orden en los diversos gráficos, no será fácil para el ojo hacer la comparación de los resultados. Para lograr este propósito, agregaremos un gráfico de conjunto aplicando el principio de homogeneidad en el interior del mismo, agrupando (siempre en el mismo orden) los medios y separando las alternativas de la variable. Es lo que hicimos en el siguiente ejemplo, usando como criterio de ordenamiento la frecuencia decreciente en el diario "La Tercera":

Sin embargo, un análisis más acucioso del gráfico permite descubrir que existe una forma mejor de poner en evidencia las tendencias: colocar en primera posición (izquierda) "El Mercurio", que es el que tiene los valores más altos en la mayoría de los casos, seguido de "La Tercera":


Principio 4: Autosuficiencia
Todo gráfico debe contener todo lo necesario para facilitar su correcta comprensión y completa interpretación.

Esto significa que el lector debe entender de inmediato la información, aunque no necesariamente con la precisión que puede entregar una tabla de cifras. De hecho las cifras precisas estarán en una tabla aparte, mientras el gráfico sólo ha de permitir una percepción aproximada de ellas, siendo más importante la percepción de las semejanzas y diferencias cuantitativas (comparación que no es tan fácil en una tabla). Esto implica que el gráfico debe ser correctamente titulado (Su título debe contener el nombre de la variable) y debe contener la identificación de los ejes, de los códigos de color o de trama -si los hay- así como de los valores de la variable, como en el ejemplo anterior.
Como se puede observar en el ejemplo anterior, el título se coloca al centro y arriba, mientras la nomenclatura (código de color o trama) se coloca del lado derecho o eventualmente abajo (si falta especio a la derecha). Los ejes son acompañados de los valores significativos que les corresponden. (Debe quedar claro si el eje vertical representa un porcentaje o una frecuencia neta, lo que -en el ejemplo- se indicó en bajada del título).


Reglas complementarias

Además de los principios básicos recién enunciados, deben tomarse en cuenta algunas exigencias de orden técnico para facilitar al lector la percepción e interpretación de los gráficos:

Densidad : La cantidad de figuras que se incluyen en un gráfico puede llegar a ser demasiado grande, recargando el dibujo: en este caso hablamos de "densidad excesiva". Rara vez se peca por defecto de densidad (Si una variable tiene sólo dos valores y es aplicada a un sólo "corpus", habrá solamente dos cifras, que se expondrán verbalmente en el texto y no requerirán ni tabla ni gráfico). Entre ambos extremos, un óptimo debe ser buscado (por ejemplo reagrupando valores de la variable o suprimiendo los no significativos).

Discriminación de tamaños: Las aptitudes de discriminación del ojo son limitadas. En particular surgen errores de percepción cuando el ángulo de visión que abarca algún objeto es muy reducido. En consecuencia, el tamaño de las figuras no puede ser demasiado pequeño -lo cual es fuente de confusión o de cansancio visual- ni debe existir una disproporción entre las dimensiones horizontal y vertical. El diagrama ideal se enmarca en una forma comprendida entre el cuadrado y el rectángulo de razón (y=1)*(x=2), con el eje horizontal paralelo a las líneas normales del texto y ancho máximo preferentemente inferior al espacio entre los márgenes normales del texto (Evitar gráficos puestos en forma transversal en páginas separadas, lo cual sólo podría ser justificado por una gran densidad de datos).

Énfasis en lo principal: Es importante recordar que la variable visual principal (las barras o la curva) debe destacarse siempre. Los demás elementos, como contornos o elementos de referencia, deben ser mucho más discretos, es decir de trazo más delgado y limitado a lo indispensable. Así, nunca debe reproducirse la cuadrícula completa que sirve de base para construir la curva o el histograma: se han de incluir solamente las líneas de referencias que ayuden efectivamente a evaluar correctamente las cantidades o períodos.

Diferenciación comparativa: Para destacar elementos de comparación (valores de una variable o "muestras" diferentes a las cuales se aplicó), se debe tener cuidado de que los factores gráficos de valor, grano o color se diferencien claramente: no es conveniente utilizar más de 6 tramas (líneas o granos) o colores diferentes. Si se requiere mayor diferenciación, se pueden combinar trama y color (no así valor y color, que resulta muy difícil de discriminar).


Obviamente se podrán encontrar representaciones que no se ajustan a los principios aquí señalados, las que podrán justificarse en determinados casos. (No se pretende agotar aquí todos los casos posibles, sino presentar reglas generales).