6. Tipos de discursos

6.1. Documento y ficción

Si comparamos los íconos adjuntos, representando en forma diferente a un hombre pensando, podemos deducir que ambos restituyen también distintos referentes (ver fotos). Y la razón de la diferencia no reside solamente en que ha cambiado la persona y el lugar. Mientras el hombre sentado en la mesa tiene una pose natural, captada instantánea e imprevistamente por el fotógrafo, el que está sentado en unos escalones de cemento tiene una pose calculada y preparada de tal modo que la sombra duplique claramente -como otra representación más- la posición adoptada. En este último caso, la realidad primaria* (referencial) ha sido ajustada, prefabricada: es una realidad ficticia, artificial... aunque no menos "real" que la otra.
* Por realidad primaria se entiende algún elemento perteneciente al entorno físico, excluyendo de éste todo elemento artificial con función sémica (como un icono o iconema).
Por otra parte, en niveles más bajos de analogía, el dibujo siempre ha permitido «crear» realidades mediales sin referente primario (los pintores surrealistas son, en cierto modo, los principales cultores de esta modalidad). Hoy, las técnicas de procesamiento digital de imágenes (en computadores) permiten evitar la manipulación de objetos primarios, manipulando directamente o incluso generando representaciones de altísimo valor analógico (de la calidad de la fotografía), como lo han mostrado varios spots de televisión (aunque en algunos la calidad es tal que nadie se da cuenta del «engaño»).
Estos procedimientos electrónicos han llevado a introducir un nuevo término, el de realidad virtrual (ver Ilustración). Esta es una realidad «primaria» que sólo existe en la imaginación de su creador y se hace comunicable gracias a la producción de la realidad medial. Es obviamente diferente de la realidad primaria artificialmente manipulada para lograr una representación ficticia, la que podríamos llamar realidad «alterada» Ahora bien, si observamos una fotonovela o una teleserie, sabemos que la realidad primaria ha sido inventada. La expresión icónica obtenida es una ficción. Pero cuando vemos íconos noticiosos -en el diario o la televisión-, vemos edificios destruídos en el Palestina o un transbordador lanzado al espacio. En estos casos, la realidad primaria es histórica y los íconos correspondientes no son ficticios sino documentales.

¿Qué ocurre, ahora, en el caso de una película o historieta histórica? ¡No fue posible, por cierto, estar presente para observar y representar los hechos! Sin embargo, no se trata de una ficción: nos encontramos ante íconos documentales que corresponden a una reconstrucción basada en datos recogidos de otra manera por una o varias personas (cfr. Doelker, pp.71-146). [Fotograma de "Los 300"]

Entre el documento y la ficción, aparte de esta alternativa de la reconstrucción, existe otra categoría que mezcla elementos de ambos tipos. Así, es posible contar (visualmente) una historia inventada en que se insertan contenidos documentales. El caso más común es el de la publicidad, que recurre a la escenificación o introduce transformaciones en el momento de la producción. Los llamaremos mensajes mixtos. Los procesos digitales permiten hoy combinaciones cada vez más sofisticadas de representaciones documentales originales, reconstruidas y alteradas. (Ya circulan frecuentemente fotografias de prensa «originales-alteradas», es decir, que representan el suceso pero que fueron alteradas para suprimir algún detalle anexo que podría confundir al destinatario o que entra en conflicto con la estética). Con ello la certificación de autenticidad fáctica de los documentos icónicos se hace cada vez más dificil.

Este es uno de los ejes que corresponden a las dimensiones básicas de todo discurso, y poder determinar la posición del mensaje en este eje es vital para una correcta interpretación y un conocimiento adecuado.


Bibliografía
Doelker, Ch.: "La realidad manipulada", G. Gili, Barcelona. 1976.