Alfabetismo básico transcultural

(Código de reconocimiento II)

En el post anterior, hemos ilustrado cómo la mente construye desde la primera infancia "modelos" básicos que permiten agrupar objetos en categorías perfectamente reconocibles. Este fenómeno es tal que podemos encontrar sus rastros desde la mayor antigüedad, como los ilustramos aquí.

Animales; pintura rupestre, Pampa del Muerto, Chile
Animal; grabado rupestre del Tibet
Hombre; Geoglifo, Chile
Jeroglífico egipcio "haty" ("jefe") basado en el león
Jeroglífico egipcio "tep" ("cabeza")
León sumerio
Pájaro; catacumba cristiana

Alfabetismo visual básico

En el post anterior, mencionamos el "nivel básico" de alfabetismo que todos tenemos por el mero hecho de disponer de la visión y del entrenamiento básico de la primera infancia. Éste es producto de la estructura y del modo de operar de nuestro sistema nervioso. La percepción (esencialmente la retina) es tal que registra cambios y diferencias en la luz que le llega desde el entorno. El cerebro, a su vez, compara estos datos y los clasifica, como hemos explicado en el capítulo 11. Surgen entonces patrones y categorías que se van extrayendo y memorizando, cuyos componentes fundamentales son los "rasgos pertinentes", sobre la base de los cuales se produce el fenómeno del reconocimiento (Ver Configuración). Es este mecanismo el que constituye la base de la ideografía (ver 4.8 y Capítulo 8). También hace que existan ciertos "modelos" de objetos tales que se reconoce con facilidad la función que cumplen.

De este modo, hemos de reconocer la existencia de una suerte de código básico de reconocimiento que forma parte de la cultura mínima (que puede variar en parte según la región) que permite reconocer seres (animados o inanimados) a partir de ciertos esquemas de reconocimiento basados en rasgos pertinentes. Repasamos aquí algunos ejemplos.

EsquemaReferenteEjemplo
Casa
Iglesia
Palacio
(o edificio público)
Hombre
Pez
Animal
Vehículo