Procesamiento cerebral prioritario de imágenes

(Texto extraído de D.Kahneman: "Pensar rápido, pensar despacio", Penguin Random House, 2012)



Los ojos de la derecha, empequeñecidos por las mejillas alzadas por una sonrisa expresan contento, y son mucho menos inquietantes. Estas dos imágenes fueron presentadas a personas mientras se les hacía un escáner cerebral. Se les mostró cada una durante menos de 2/100 de segundo, siendo inmediatamente enmascaradas con «ruido visual», una sucesión aleatoria de cuadrados claros y oscuros. 

Ninguna de las personas fue consciente de haber visto imágenes de ojos, pero una parte de su cerebro lo supo: la amígdala, cuya función principal es la de actuar como el «centro de las amenazas» del cerebro, aunque también se activa en otros estados emocionales. Las imágenes del cerebro mostraron una intensa respuesta de la amígdala a la figura amenazadora que aquellas personas no reconocieron. La información sobre la probabilidad de una amenaza viajó por un canal neuronal súper rápido que se introdujo directamente, sin pasar por el córtex visual, que da soporte a la experiencia consciente del «ver», en una parte del cerebro que procesa las emociones. El mismo circuito también hace que las caras esquemáticas de irritación (o de potencial amenaza) se procesen de manera más rápida y eficiente que las caras esquemáticas de contento. 

Algunos experimentadores han informado de que una cara enojada «sobresale» entre una multitud de caras de felicidad, mientras que una sola cara de felicidad no sobresale entre una multitud de caras enojadas. En el cerebro de los humanos y de otros animales hay un mecanismo diseñado para dar prioridad a los eventos malos. Reduciendo a unas pocas milésimas de segundo el tiempo necesario para detectar la presencia de un predador, este circuito mejora las probabilidades de que el animal viva el tiempo suficiente para reproducirse. Las operaciones automáticas del cerebro reflejan esta historia evolutiva. No se ha observado un mecanismo comparable en rapidez para reconocer los eventos buenos. Es obvio que nosotros y nuestros primos los animales somos rápidamente avisados por señales que indican oportunidades de aparearse o de comer, y los anunciantes diseñan vallas publicitarias acordes con este mecanismo. Pero, en esto, las amenazas son privilegiadas sobre las oportunidades.


¿La inteligencia artificial envadirá la creación de imágenes?

La galería Looiersgracht 60 de Ámsterdam muestra en estos días una pintura que parece obra de Rembrandt pero que, en realidad, ha sido producida por computador.



Como explican en Gizmodo, se trata de un proyecto conjunto entre ING, Microsoft, la Universidad Técnica de Delft y los museos Mauritshuis y Rembrandthuis. Historiadores del arte, científicos e ingenieros dedicaron los últimos 18 meses a enseñar a un ordenador a imitar las obras de Rembrandt, reproduciendo a la perfección los trazos y el estilo del artista más importante de los Países Bajos. 

Para ello, un algoritmo de aprendizaje de máquina (una de las formas de inteligencia artificial, la más utilizada actualmente) trabajó con 68.263 fragmentos pictóricos de las 346 pinturas del autor. La máquina aprendió a pintar una nariz o una boca como lo haría Rembrandt. La obra, "El Próximo Rembrandt", se imprimió en 3D con más de 149 millones de píxeles y en varias capas para parecer una pintura al óleo. 


Presentación en vídeo

El hecho es que la inteligencia de máquina ha ingresado en el campo visual desde hace algún tiempo (¡desde 2001!), no solo para el reconocimiento de objetos (Ver post "Reconocimiento de rostros") como para volver a presentarlos en entornos de ralidad virtual. Ahora, en ésta, los mismos diseñadores - que son los principales "creativos visuales" - se podrán encontrar con computadores que les hagan la competencia a partir del análisis tanto de obras de arte como de la realidad misma. 

La figura femenina en la publicidad

Vale la pena leer un reciente artículo publicado en la Revista Latina de Comunicación Social para descubrir cómo la publicidad actual repite la dicotomía femenina entre el Bien y el Mal que ha estado presente a lo largo de la Historia del Arte, donde la mujet ha sido personificada sea en la imagen de la Virgen María relacionada con el ejemplo a seguir para todas las mujeres sea en el personaje de Eva, asociado con el Mal, la sexualidad, el pecado, etc (mito de Lilith o "Femme Fatale"). 

La investigación que dió lugar a dicho artículo confirma la existencia de la antigua iconografía del mito de Lilith en la publicidad de los primeros años del siglo XXI. Nos dicen sus autores que
    "Dicha iconografía creada desde una perspectiva androcéntrica, mantiene vigentes antiguos estereotipos femeninos. Prejuicios iconográficos que se esconden en la publicidad tras la presentación de la iconografía de una nueva Eva, a quién presentan tras una imagen de mujer actual, guapa, liberal, trabajadora y triunfadora. Pero que realmente esconde la reinterpretación del antiguo mito de Lilith, bajo la misma perspectiva androcéntrica que se ha mantenido a lo largo de la historia."
Después de analizar nueve de estas iconografías, confirman que 
"La figura femenina distribuida por la industria publicitaria coincide con antiguas iconografías femeninas, adaptadas a la actualidad. Donde la mujer desempeña un doble papel de sujeto y objeto, ya que es representada como objeto sexual pudiéndose hablar de publicidad sexista, cuyo rol oscila entre ser objeto de deseo y terror. La mujer sigue siendo sinónimo de deseo, imagen del pecado, de lujuria, y de muerte."
El sector publicitario de los perfumes es el que explota este mito de forma más acusada.
    "Junto con el de la moda, mantiene una imagen muy erótica y sensual del mito, mientras que en cine o series televisivas adquiere un matiz más terrorífico sin perder su sensualidad matizada con ropa ceñida y elementos fetichistas."
Pero también se observa en muchos otros sectores, como en ésta de una marca de colchones. 
    "Se concluye confirmando que la imagen del mito de Lilith, y por extensión de la Femme Fatale, no ha evolucionado sino que sigue representando los mismos conceptos androcéntricos de la iconografía de Lilith del siglo XIX que estudio Erika Bornay (1990), siendo la mujer de la publicidad actual, principios del siglo XXI, herederas de sus antecesoras del siglo XIX. Sinónimo de deseo, pecado, lujuria y muerte."

Referencia: MM Martínez-Oña, AM Muñoz-Muñoz (2015): “Análisis iconográfico del mito de Lilith en la publicidad”. Revista Latina de Comunicación Social, 70, pp. 611 a 626.